De turismo por Nueva Orleans
Nueva Orleans es una ciudad que tiene un cierto halo de ciudad que hay que ver. Desde luego es una ciudad turística y toda la parte central está pensada para los turistas. Por eso cuando supe que iba a asistir a una conferencia allí pensé que sería una buena oportunidad para conocer la antigua colonia francesa. La verdad es que no pude ver mucho, pero me temo que lo que vi no era mucho más que uno de esas ciudades-parque-temático que acaban fagocitando a la ciudad que una vez fue atrajo a los turistas por otros encantos. Todo empieza (y para mí acabó) visitando el barrio francés. Es la antigua parte colonial, cuyo centro es esta plaza:Al fondo la catedral de San Luis, propia del estado de Luisiana, y en primer plano el primer signo de turisteo: esos coches de caballos para darse una vuelta por el barrio mientras el cochero te da la brasa. El barrio está formado por casas normalmente de dos alturas con las famosas balconadas de la ciudad:De vez en cuando unos azulejos recuerdan que durante unos años la colonia fue española:Por la ciudad se pueden ver este viejo tranvía dando vueltas:
Y si nos acercamos al gran Mississippi vemos uno de esos barcos de palas tan famosos:
Como vemos, todo muy pintoresco, pero francamente con poco recorrido. Vistas estas cuatro fotos se ha visto casi todo. Así que para que los turistas no se vayan defraudados se recurre a lo típico: el vicio. Empezamos por el juego, con un casino al estilo Las Vegas, aunque a otra escala:
Después se puede recurrir a la comida cajun, el alcohol y el sexo, el menú completo. Sobre todo una calle del barrio francés está plagada de garitos, casi como una zona de copas en España. Los gorilas en la puerta te invitan a tomar unas copichuelas, a lo que los estudiantes de escapada no suelen decir que no. Durante mi visita eran las vacaciones de primavera y los veinteañeros borrachos estaban por todos lados. Por las esquinas campeaban putas y travestis y todo el mundo parecía pasárselo bien. En algunos sitios hasta tocaban jazz, aunque no tantos como la fama de la ciudad insinúa. En fin, un buen sitio para ir de juerga con los amigos o de viaje de fin de curso y similares. Muchos sitios para emborracharse y unas cuantas cosas pintorescas para justificar el viaje ante padres o jefes con unas cuantas fotos. Me pilla mayor.
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