miércoles, 11 de julio de 2007

El adoquín

¿Qué hace un adoquín en el centro de la ciudad? ¿Qué hace ahí, rodeado de rascacielos, como un invitado de otra época? Él ha sido símbolo de muchas cosas: la modernidad cuando por primera vez cubrió las calles; la nostalgia cuando el alquitrán sustituyó su reinado; la épica de los ciclistas de las clásicas belgas; la protesta de los jóvenes del París del 68... Nada de eso significa en mitad de una pequeña ciudad americana. Parece más bien un símbolo de desubicación, del pasado olvidado, de un centro de la ciudad que casi es abandonado fuera de horas de oficina. Probablemente alguien lo recogerá y se lo llevará a una de esas calles para turistas, donde el pasado parece haberse conservado cuando realmente ha sido inventado para que saquen fotos y se sientan bien mientras se dejan el dinero en una tienda de recuerdos olvidados o en un restaurante de tradiciones adaptadas. Estará igual de perdido que aquí. Quizá ya no hay sitio en nuestro mundo para los viejos símbolos.

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